En desarrollo sostenible, los clientes han iniciado sus propias estrategias y políticas, además de los instrumentos específicos necesarios para abordar el cambio climático, la protección de la biodiversidad, la transición energética y la economía circular, sin considerar los aspectos sociales y corporativos, incluidos con precisión. Además, se han comprometido con objetivos concretos para la consecución de estas cuestiones en las próximas décadas.
Las cifras demuestran que es en la cadena de suministro donde radican las mayores complejidades, y es precisamente en este espacio donde las empresas proveedoras —como ME Elemental— aportan valor y asociarse con el cliente para cumplir sus objetivos y metas, desarrollando la sostenibilidad en parámetros actuales, transparentes y basados en la evidencia.
Es una práctica común que, a través de contratos que integran aspectos ASG en la gestión de proveedores, los clientes evalúen a las empresas que les proveen bienes y servicios, traduciéndose en métricas precisas que les permitan dar cuenta de su desempeño y metas comprometidas, y así ayudar a cuantificar una evolución positiva en los aspectos más críticos de su gestión.